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ACCROCHAGE #4: DAUDER, JOTTA, MENDIZABAL Y ORIOL ARIBAU

Para la cuarta entrega de la serie de exposiciones Accrochage en ProjecteSD, nos complace introducir el trabajo del joven artista Oriol Aribau en conexión con obras de Patricia Dauder, Ana Jotta y Asier Mendizabal nunca mostradas antes en Barcelona.

El trabajo de Oriol Aribau (Barcelona, 1984) se desarrolla principalmente a través de obras sobre papel y escultóricas y tiene como principal fuente la arquitectura, el urbanismo. Su material, su principal herramienta de trabajo es la ciudad, el espacio construído, muy accesible, con el cual el artista interactúa de forma cotidiana. La serie de dibujos que se presenta en ProjecteSD surge a partir de esta experiencia de Aribau en relación con este entorno físico inmediato. Dibujos, que resultan de registros, anotaciones de su deambular por el espacio urbano. A través de una geometría de figuras poligonales a veces agrupadas en pequeñas islas, otras esparcidas, como ingrávidas en un espacio casi vacío, Aribau presenta una visión fragmentada de la ciudad. Algo tan breve como su inmediata percepción dentro de una estación de tren en una ciudad por la que ni tan solo ha transitado, o un paisaje más detallado resultado de una vivencia, un desplazamiento más largo. O tal vez solo un rastro evanescente de sí mismo como un puro transeúnte en ruta. Dibujos que buscan activar una lectura del movimiento y del estar en un espacio, en un tiempo. Se podrán leer como notas, mapas, planos, diagramas incompletos, como detalles, pero lo que quizás son, principalmente, es una representación sintética de espacios existentes que se convierten en espacios imaginarios. Solo un segmento de algo mayor que apenas se vislumbra y que está aún por descubrir.

El trabajo de Patricia Dauder (Barcelona, 1973), esencialmente abstracto y procesual, presenta registros, roturas, decoloraciones, marcas y capas que componen, acumulan y constituyen un nuevo cuerpo. La necesidad de ver más allá de nuestro mundo más immediato guía su obra. La artista intenta capturar aquéllo que es extremadamente difícil de retener: el tiempo, una trayectoria efímera, algo sin forma, un lugar remoto, una proyección mental. Maqueta #6 (Sistema Elíptico. Día y Noche) pertenece a una conjunto de piezas escultóricas en las que una serie de elementos modulares se disponen encima de una base o directamente en el suelo. En todas estas obras la relación entre forma y vacío, espacio negativo y positivo, es evidente. En Maqueta #6 (Sistema Elíptico. Día y Noche) varios fragmentos semi-esféricos realizados en barro pigmentado se sitúan formando una cierta trayectoria elíptica. La así denominada “maqueta” no se refiere a ningún proyecto arquitéctónico sinó a una proyección mental de un lugar definido tanto por la ausencia como por la presencia y que evoca la naturaleza cíclica del tiempo.

Conocida por su sagaz ironía y su crítica sobre la idea de autoría y originalidad, la obra de Ana Jotta (Lisboa, 1946), extraordinariamente diversa y heteróclita en su concepción, presentación y formulación, ocupa un espacio de libertad, en el que la artista utiliza técnicas tan variadas como la pintura, el collage, el dibujo, el “assemblage”, la escultura, el tejido, la escritura, la estampación o la apropiación de objetos de orígenes y fuentes diversas. La reciente serie Ricochete resulta de aplicar varias técnicas de grabado sobre varios objetos de papel idénticos: una serie de dianas compradas por Jotta en una feria de objetos usados en Bruselas. Las formas grabadas sobre las mismas se han hecho imprimiendo bloques de madera en tinta de color sobre el papel, piezas que provenían de un juego de niños que la artista también había adquirido en un antiquario. Estas formas casi circulares se sobreponen con otras que provienen de adherir, por la técnica del “chine-collé”, papel japonés sobre este mismo objeto. En una inevitable relación con las prácticas y formas surgidas de las primeras manifestaciones Modernistas de principios del siglo XX (especialmente las de los Constructivistas y los primeros experimentos de los artistas Abstractos), el conjunto resulta en una composición continua e ingeniosa.

A lo largo de su trayectoria, Asier Mendizabal (Ordizia, 1973) ha realizado varias obras que proponen una aproximación crítica al legado de Jorge Oteiza y al modo de construcción de lo simbólico de su proyecto escultórico y que cuestionan los mecanismos de representación de lo escultórico en el final de la modernidad. Agoramaquia (Version nº1) es una de las cinco esculturas que componen Agoramaquia (El caso exacto de la estatua), el proyecto que Mendizabal presentó en la 31ª bienal de São Paulo (2014). La obra toma como punto de partida el monumento Homenaje a César Vallejo, que Oteiza realizó en Lima en 1961. La estela funeraria de Oteiza al poeta Vallejo fue hecha doblando dos placas cilíndricas de acero de las que se habían recortado dos círculos. La investigación de Mendizabal para el proyecto le llevó a concluir que estas hojas podían haber surgido, en realidad, de los restos de los recortes de una de las obras más paradigmáticas de Oteiza, el Par Móvil. Así, en Agoramaquia, Mendizabal replica los dos recortes de acero a la misma escala que en la estatua de Lima para concebir cinco esculturas hechas de caucho y hierro, maleables, que al ser dobladas resultan en cinco formas escultóricas distintas en función de cómo se combinan las dos estructuras básicas en el espacio. Estrechamente unida a esta obra, la serie fotográfica, Incurvar, centra su atención en los materiales sobrantes reales de las obras de Oteiza, fragmentos de piezas y recortes, en esencia escultóricos, pero que permanecen como testimonios de lo residual e incompleto, aparentemente condenados a no encarnar el potencial simbólico propio de la obra de arte.

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20 APR 2024