Los he notado en el día en que he llegado

Acostados, inmóviles, en las aceras y esquinas de las calles, como si fueran su casa

Me parecen esculturas, con los mismos colores de los lugares  donde duermen

Como si quisieran camuflar su presencia, perros-camaleones. 

Catarina Botelho

Durante la residencia artística que Catarina Botelho desarrolló en Mindelo /Cabo Verde, la artista deambuló por la ciudad, cámara en mano.

A lo largo de estos recorridos, su cámara actuaba como una herramienta transformadora gracias a la cual se generaron lugares liminales entre la ordenación real del espacio y la experiencia conceptual del mismo. Se trataba, pues, de un proceso de reconstrucción estructural de nuestro imaginario urbano llevada a cabo a través del filtro generado por el objetivo fotográfico. De este modo, Catarina Botelho conmutaba lo vivido por lo contemplado, generando reflexión a través de la observación de lo cotidiano.

Al deambular conscientemente a través de diferentes espacios, la artista observó la presencia continua y silenciosa de unos seres que habitaban las aceras, esquinas y rincones de las calles de Mindelo… perros anónimos que, en su quietud, se tornaban parte del entorno; fundiéndose en él, llegando, incluso, a perder su entidad para ser percibidos como parte del paisaje urbano.

Catarina Botelho, fijó su objetivo en ellos: los significó.

Citando la reflexión que Nuno Crespo realizó sobre la obra de Catarina Botelho en Entre nosotros y las palabras, “las fotografías de esta artista no reclaman el estatus de objetividad, frontalidad y el rigor del documento fotográfico, así como tampoco persiguen la veracidad figurativa.(…) Lo que está en juego aquí no es una especie de moralismo o ética de la fotografía, sino el conocimiento de que la imagen es una síntesis de las diferentes y posibles aproximaciones a la realidad (visual, auditiva, táctil, emocional, racional). Esto implica la identificación inmediata, el poder de provocar todo tipo de síntesis intelectuales y sensitivas, así como también el poder evocador de la imagen. Una imagen, como una palabra, evoca sonidos, olores, texturas e intensidades; tal es el poder de intensidad “imagética” que Catarina Botelho busca en cada nuevo trabajo.”

En el caso de “Cidade Partida”, la artista fijó su atención en los diferentes perros callejeros con los que se encontró en su deambular por las calles de Mindelo. Este acto desencadenó automáticamente una transformación provocada por la proyección de su mirada sobre el entorno: siguiendo con los pasos dados en series anteriores, al intentar reflexionar sobre la esencia latente y orgánica de lo urbano, una vez más la artista se ha resituado frente al espacio, replanteando nuestra percepción sobre la influencia del  imaginario (a nivel físico y conceptual) a la hora de sentir, habitar, convivir y proyectar dicho espacio.