“Como el encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas sobre una mesa de disección” Conde de Lautréamont
Esta cita mítica del ideario surrealista nos introduce en la atmósfera idónea para ahondar en el trabajo de Albert Cano. Entender el collage como la posibilidad del orquestar encuentros casuales de un potencial mágico descomunal, es el eco de fondo sobre el que reverberan las prácticas de Albert.
Primero de todo, sobre la mesa, pilas de revistas. Segundo, tijeras, y –a veces– pegamento. Y llega la noche. Las incursiones nocturnas de Albert Cano por entre las páginas de magazines y diarios ilustrados, están guiadas por la luz de la lámpara maravillosa de la intuición y por un sentido cultivado de la composición. Su selección de fragmentos de imágenes hacen evidente una enorme cultura visual de base, un ojo educado que, allí donde otros ven una masa negruzca, él vislumbra una reminiscencia a la Bauhaus o a la abstracción geométrica.
A la selección por intuición, le sucede el proceso de transformación de las imágenes, y a través de ella, la emergencia de formas íntimas y propias. Estas formas que le crecen sobre la mesa a Albert Cano son de carácter más bien sombrío pero tremendamente cautivadoras. Y lo que sale de Albert son muecas sordas, algún que otro monstruo de la sofisticación, delicadas mutilaciones, y comentarios turbadores sobre la belleza artificial. Una argamasa estilizada con notas de Cronenberg, Joy Division, Mapplethorpe o Palazuelo en una atmósfera de cine negro.
El trabajo casi siempre nocturno de Albert Cano tiene algo de ritual. El artista consigue extraer figuraciones abstractas intrínsecas a sí mismo con la ayuda del azar, y esta capacidad prodigiosa de convertir una limitación en la génesis de un nuevo mundo se asemeja a una práctica mágica. El collage es una de las formas más supremas del juego con el azar. Detectar, recortar, poner en relación, abandonar, volver, encontrar: entre el sueño y la vigilia Albert Cano oficia encuentros casuales hipnotizado por el brillo del papel couché.
Mery Cuesta