El hecho de tener como formación la de arquitecto, ha hecho que valore principalmente y especialmente la construcción, y como tal, el proceso constructivo y entender el resultado final como fruto de este.

El resultado final es uno, como podría ser otro parecido, pero en todo caso no se convierte nunca en una finalidad, sino una consecuencia del proceso constructivo. Entender que en todo proceso intervienen diferentes actores: tiempo, temperatura, agua, soporte, accidentes-sorpresas, incertidumbres... Donde el resultado final es la combinación de todos los actores.

El mismo proceso genera unas leyes, una conducta de juego, unos parámetros que intentan canalizar el resultado final y enmarcarlo dentro de unos límites.

La tela, el papel se convierte en la superfície de trabajo, donde el cuadro se genera y se desarrolla, donde nada se esconde y todo se muestra. Todo queda imprimido, no hay secretos.

La serie Topografías es una parada más en este largo camino de investigación. Es consecuencia de andar, un paso desemboca en otro y este otro sugiere, invita a otro paso. Mientras buscamos encontramos, pero nunca para quedarnos sino para seguir andando.

Topografía es un juego de pliegues, una neogénesis que sufre el papel para acabar recogiendo en un valle, en una cuenca, agua y tinta china, donde se abrazan y se fusionan. Algunas veces el agua arrastra la tinta hasta la cuenca de sedimentación, algunas veces la tinta ya la habita y es el agua que llega, algunas veces es el agua que va en busca de la tinta, algunas veces aparece una segunda tinta... Es un juego. ¡No dejamos nunca de jugar!

Con los días el papel se arruga, se hincha, se deforma, se mueve... Entra en juego. Los pliegues iniciales lo estabilizan, pero no siempre lo consiguen.

Con los días el agua se va evaporando, va desapareciendo y al mismo tiempo que desaparece afluye el relieve, su rastro, el del papel hinchado... Su estancia allí, su recuerdo. Bajo la base turbia de agua se deposita la tinta. El agua se evapora, la tinta no, la tinta redibuja el relieve en el mismo instante que el agua se evapora.

Y con los días la topografía va aflorando...