Buenas Intenciones marca un itinerario a través de obras realizadas por Núria Güell a partir del año 2014 que refleja el proceso de trabajo específico de cada proyecto. Una de las características principales de la exposición es que, en todas obras seleccionadas, la artista asume un cierto riesgo o implica a su persona a un nivel integral: afectivo, físico, emocional, legal y político. Por ello, las obras funcionan por un lado como historias autónomas, pero por otro lado también se articulan entre ellas, estableciendo un diálogo que oscila entre lo personal y lo colectivo.

No obstante, Buenas Intenciones no plantea únicamente el valor de las acciones, sino también sus consecuencias, que en muchos casos se miden por oposición binaria: intención vs. efecto, ética vs. moral, acción vs. reacción, discurso vs. práctica, entre otros. En conjunto, la composición de la exposición lanza una serie de dilemas y de problemáticas globales mediante narrativas particulares, que a su vez interpelan e implican al espectador para que éste se posicione, deviniendo más que un observador pasivo.