Marlborough Barcelona se complace en presentar CLASSIC AND CONTEMPORARY ART II, una exposición que investiga sobre el uso del color azul en el arte.
Al rastrear la importancia del color azul hasta la antigüedad nos encontramos con la sorpresa de que en la mayoría de culturas no existía palabra que lo describiera y prácticamente no era utilizado en el arte, salvo por los egipcios. La no representación de este color se fundamenta en dos principios: por un lado el hecho de que para conseguir pigmentos azulados se partía del lapislázuli, mineral difícil y caro de obtener y por otro, toma sentido si nos paramos a pensar en los colores de la fauna y la flora, ya que el azul es en realidad un color raro en la naturaleza.
¿Qué tiene entonces el azul que fascina con tanta insistencia a los artistas? De forma histórica se le otorga a este color propiedades de pureza, la virgen en el cristianismo es representada con una capa azul; también se asocia a la monarquía, inicialmente la británica y por extensión a las demás, “de sangre azul” y finalmente se vincula con la calma y la tranquilidad.
El color azul se volvió común después de la industrialización, cuando su fabricación se hizo más fácil. A partir de este momento, y, tal como veremos en esta exposición, hasta llegar al arte contemporáneo, se convirtió en un color muy popular. El color azul ha marcado épocas o incluso trayectorias de grandes artistas como Yves Klein (quien incluso patentó su propio azul), Henri Matisse, Pablo Picasso o Joan Miró.
Esta exposición viene a presentar las dos principales vías en las que este color ha tenido protagonismo: como representación en el paisaje, principalmente del cielo o el agua −actualmente se relaciona la representación del cielo y el mar a este color pero en realidad, si los observamos, la mayoría de veces se podría hacer uso de otros colores; como el blanco, el gris, el negro o incluso la gama de rojos; para representarlos tal y como ya lo hacían nuestros antepasados− y como símbolo, puesto que conceptos como poder, divinidad o femineidad han ido unidos a este color.
Entre los primeros, encontraríamos artistas como John Davies (Cheshire, 1946), Xavier Escribà (París, 1969), Hugo Fontela (Grado, 1986), Juan Correa (Zamora, 1959), Juan Genovés (Valencia, 1930) o Sergio Sanz (Santander, 1964) quienes a través del azul evocan el paisaje del cielo y del mar. En este sentido, cabe destacar las obras L’Ebre i La Loire (2017) de Xavier Escribà, quien presenta su obra más ambiciosa hasta el momento.
Artistas como Manolo Valdés (Valencia, 1942) o Lucio Muñoz (Madrid, 1929-1998), en cambio, eligen el color desde un punto de vista más simbólico, especialmente este último quien en su obra Risdela de Mo, mezcla rojo y azul, colores que en la tradición china se vinculan al ying y al yang, al masculino y al femenino.