Aquel que conozca el trabajo de Jacinto Moros reconocerá al instante una de sus piezas al verla. Las líneas curvas y abstractas de sus obras nos resultan familiares a los que hemos tenido la oportunidad de contemplar alguna. Sin embargo, ninguna de las líneas que el artista ha esbozado antes de crear una nueva pieza ha sido igual que la anterior. Jacinto Moros ha estudiado el movimiento y el desarrollo del material en el espacio desde muchos puntos de vista diferentes a lo largo de su trayectoria artística.

En esta exposición individual, Jacinto Moros (Zaragoza, 1959) nos presenta algunas de sus piezas más recientes bajo el nombre de Fuerzas Tensionadas, título que resume brevemente esta nueva evolución en sus obras. Sus nuevas esculturas se centran en la tensión de las curvas y los movimientos que dibujan buscan asemejarse a la esencia del cuerpo humano, más allá de su representación física.

Las formas anteriores llenaban el espacio con círculos y curvas llenos de musicalidad, muy focalizados en transmitir la gestualidad del aire o del agua; sin embargo, las nuevas formas llenan el espacio con gestos llenos de sonidos con fuerza y convicción para generar este nuevo trazo más humano, menos lírico, muy compensado, pero con mucha más tensión en las ondas que desarrollan las esculturas.

Estas nuevas obras incorporan una nueva expresión centrada en la torsión. Visualmente puede parecer que las formas de esta nueva etapa escultórica del artista estén en un desequilibrio forzado, no obstante, en una nueva mirada, vemos que cada una de las esculturas están sumamente equilibradas y pensadas para que ocupen el espacio justo.

Gracias al material tan primario que utiliza el artista, madera y papel, tanto en las esculturas como en los grabados, su obra nos transmite la complicidad entre lo que es sencillo y lo que es complejo, lo posible y lo imposible. Todas sus piezas nos invitan a seguir con la mirada las curvas de cada escultura, de cada grabado.

De repente nos vemos inmersos en un espacio donde el movimiento que parece fluir constantemente está congelado para siempre en sus piezas, una paradoja de una gran belleza estética.