Espacio Azul.

La Galeria Carles Taché y No 20 tienen el placer de presentar con motivo de Art Nou 2018 una exposición colectiva con los trabajos de Shaun Fraser, Polly Johnston, Max Maxwell, Harry Morgan y Keith Roberts.
Esta exposición está conformada por las obras que son el resultado del viaje creativo de cada artista a través de la exploración del medio. A pesar de estar en diferentes etapas de sus carreras y trabajar con diferentes técnicas y materiales, el juego y la ingenuidad, la determinación y el compromiso van de la mano en todos los trabajos mostrados. En la exposición encontramos gran variedad de materiales –incluyendo pintura acrílica, cristal, tierra, metal u hormigón–, todos ellos cuidadosamente analizados y presentados como los protagonistas de esta exposición.
Harry Morgan está interesado en el comportamiento y las “personalidades” intrínsecas de los materiales. Su trabajo actual explora la relación conflictiva entre hormigón y cristal. El cristal, con sus fronteras poco claras y su dimensión interna, transmite lo ambiguo o lo intangible. Como fuerte contraste, el hormigón es brutalmente físico; la palabra misma (concrete en inglés) se usa para describir absolutos y certezas. Harry disfruta de la tensión entre el cristal frágil y transparente y el cemento denso e intransigente.
También trabajando con cristal, bronce y tierra, el trabajo de Shaun Fraser planea sobre las nociones de identidad y las conexiones con el lugar. Originario de las Highlands, esta región es una fuente constante de inspiración para él. Hay una cierta sensación de fidelidad que Shaun atribuye este lugar, un sentido de pertenencia cruda y emotiva, elemental, y lo que él intenta hacer a través de su arte es aprovechar algo de esa disposición. Al incluir la turba y los suelos locales en sus piezas de vidrio, Shaun proporciona a su trabajo un vínculo innato con el paisaje, algo que considera que es muy importante: la capacidad de evocar un sentido de lugar.
Un tema común en el trabajo de Max Maxwell es la transformación de materiales, así como su reubicación para mostrar cualidades que normalmente no son visibles. Sus pinturas están influenciadas directamente por sus experimentos de vídeo; las pinturas al óleo y las hojas de metal están dispuestas al azar y doradas sobre paneles de aluminio. El aspecto de las obras de arte, aparentemente en constante evolución, evoca paisajes abstractos sometidos a una pátina química.
La serie de trabajos de Keith Roberts presentada en esta exposición es el resultado de un viaje de aplicación y eliminación, un proceso de cambio constante. Como los Maestros Antiguos, Roberts inicialmente usa un fondo en color -rosado-, que actúa como una superficie para manipular: la cubre y luego la trae a la superficie. Estas obras pasan por un proceso de desplazamiento y se pintan tanto horizontal como verticalmente. Al utilizar este método de estratificación, aplicación y eliminación para definir e interrumpir la superficie de las obras, Roberts pretende evocar las incertidumbres de la historia y la memoria.
La exploración con pintura también es llevada a cabo por Polly Johnston. Las obras de esta recién graduada de Glasgow School of Art son testimonio de su investigación sobre los límites entre pintura y escultura. Lo que comenzó como un error un día en su estudio, abrió las puertas a la nueva ruta de descubrimientos de Johnston. Dejando el lienzo a un lado, verter cantidades considerables de pintura viscosa y dejar que corra libremente sobre diferentes superficies (como cajas de plástico o directamente sobre la pared) le permite a la artista no crear pinturas o esculturas, sino más bien lo que podría considerarse pinturas escultóricas o esculturas pictóricas.