El trabajo de Patricia Esquivias se centra en la construcción de relatos a partir de anécdotas. A partir de un proceso de investigación de elementos aparentemente secundarios, establece un seguido de relaciones con otros elementos que van apareciendo durante el proceso y le permiten construir una narrativa que se va enriqueciendo y construyendo paulatinamente con nuevas anécdotas o informaciones.

En este caso, a partir de una residencia de la artista en una finca en el Quindío (Colombia), en su primer paseo por el pueblo se fijó en las aceras y los suelos de algunos locales que eran de cemento y tenían impresiones decorativas. A partir de la fascinación por las aceras colombianas, la artista empieza una investigación por los motivos precolombinos que son recuperados en los pavimentos de estos pueblos que le llevaron al trabajo del arquitecto y diseñador gráfico antioqueño Dicken Castro.

Como es habitual en sus últimas exposiciones intercala su trabajo con el de otros autores, no sólo como una crítica al concepto de autoría, sino como un reconocimiento al trabajo realizado y a la riqueza de los discursos compartidos. Otra forma de analizar el mundo que le rodea asumiendo que hay alguien detrás de aquello que persigue o investiga y que ese alguien tiene mucho que aportar.