A partir del próximo jueves 28 de Enero, la Galeria Carles Taché tiene el placer de presentar Sahara, segunda exposición individual del artista Bosco Sodi (México, 1970) en la galería. La muestra podrá verse hasta finales del mes de mayo.
Sodi, que actualmente reside en Nueva York, presenta una serie de obras realizadas recientemente en Barcelona. De hecho, el artista trabaja constantemente de manera deslocalizada pese a tener su principal estudio en Brooklyn. A ello se suma que las materias primas empleadas en la realización de sus obras suelen ser las que ofrece cada lugar. Este gesto, mínimo pero determinante, no responde a cuestiones
de logística o practicidad sino que es, más bien, el primero de los gestos pre-pictóricos de alguien que siente un vínculo con la tierra y que trabaja desde ese sentimiento. Las mezclas de Sodi, masas incorpóreas, se basan fundamentalmente en pigmentos y materias orgánicas como la madera.
A partir de ahí, la fuerza que desencadena la práctica artística de Bosco Sodi es probablemente la curiosidad por experimentar (primero en un sentido material) con los elementos dispuestos sobre la superficie de la tela. En esta primera fase, podríamos decir que la mano del artista interactúa con el desarrollo natural del proceso reactivo de la mezcla. La eficacia natural de lo orgánico no es que exima al artista de su participación pero sí le convierte en un claro observador. Un observador implicado, que “conduce” de manera intuitiva un proceso que depara todo tipo de reacciones y accidentes – oportunidades, al fin y al cabo, para quien se maravilla ante lo imprevisible y saca provecho de ello-.
En los últimos años, Sodi ha estado trabajando la monocromía. Las obras de la serie Sahara son monocromas blancas. Ahora bien, decir que las obras son simplemente blancas sería como decir que el mar es simplemente azul. Es decir, siendo precisos, el blanco está presente en casi todas y cada una de sus gradaciones, pues las obras presentan volúmenes y texturas que matizan el color. La apariencia geológica de las obras de Sodi abduce con su infinidad de variaciones, suscita una atracción que invita a la contemplación y, de ahí, el artista abre un camino hacia el ejercicio espiritual. Bosco Sodi ha expuesto individualmente en instituciones como el Bronx Museum de Nueva York o el IVAM de Valencia. Su obra forma parte de colecciones internacionales como la colección Jumex (Mexico). Cabe destacar su proyecto Casa Wabi (Puerto Escondido, Oaxaca), que promueve proyectos sociales, culturales y artísticos. Las instalaciones de Casa Wabi fueron proyectadas por el arquitecto japonés Tadao Ando.