Cristóbal Ortega (Alhaurín de la Torre, Málaga, 1970) vive y trabaja entre Pekín y Málaga. Su formación como arquitecto, sus inicios como acuarelista y las influencias artísticas del expresionismo abstracto, se ven reflejadas en su pintura más temprana. Tras su exposición en el Instituto Cervantes de Pekín en 2009, decide instalarse en China, y trasladar a Pekín su taller de forma definitiva en 2014. La influencia del continente asiático se manifiesta de forma radical en su obra más reciente y su creatividad se ve enriquecida por la tradición artística y filosófica de este país.
La exposición Súnyata tiene lugar desde el 9 de enero al 23 de febrero de 2018. El artista malagueño expone por segunda vez en la Galería Miguel Marcos, tras la muestra individual Háptica (abril de 2015) y las exposiciones colectivas Black Box (noviembre de 2014) y Abstracción (diciembre de 2017). Cristóbal Ortega ha expuesto en numerosas ocasiones en Europa, Asia y el sur de África, tanto en galerías de arte como en instituciones culturales internacionales.
La Galería Miguel Marcos invita al espectador deleitarse con la exposición Súnyata, compuesta por obra pictórica inédita. El título de la exposición tiene relación con el concepto ancestral de vacío, entendido a la manera oriental como la potencialidad para la vida y el cambio. No tiene que ver con la nada total, sino con la esencia existencial de todos los seres y los fenómenos de la naturaleza. La sudoración es la técnica empleada, que consiste en la transpiración de la pintura al óleo a través de las capas de lino que conforman el soporte del cuadro. Las pinceladas vigorosas y los matices vibrantes aparecen en maridaje con la aplicación cromática sobre fondo neutro.
El propio artista afirma que “la pintura no es un discurso acabado, sino un proceso que va enriqueciéndose con el tiempo.” Cristóbal Ortega considera que en su pintura es “más importante lo que no está, que lo que está.” una concepción artística en sintonía con la filosofía oriental. Esta línea de pensamiento se relaciona con la idea china shen tou, que se traduce como “aquello que viene de atrás”. La serie Sudoraciones es una proyección de manchas de color y trazos energéticos en el reverso y el anverso de la obra, que dialogan entre sí, y que atrapan al espectador en su conversación. Una conversación que trata sobre la armonía en contraposición con el caos y la identidad más profunda del artista.
Cristóbal Ortega concibe la pintura como si de un proyecto arquitectónico se tratase. Lo pictórico remite a lo arquitectónico. Escapa de la rigidez técnica y formal y disfruta de lo errático e incalculable. Los lienzos son resultado de lo impredecible, caracterizados por la libre expresividad en el proceso creativo.
La pintura expresionista del artista malagueño se mueve entre la anarquía y la abstracción. Lo esencial de sus obras surge del colorismo, la materialidad y la expresividad buscadas. Aunque a simple vista la sensación sea de un ente desordenado y sin sentido, se trata de una obra pensada matemática y equilibrada, como una contraposición de fuerzas, protagonizada por una sensibilidad justificada. Las texturas son fondo y forma, que yacen en lo más profundo del lienzo y se desplazan en la superficie visible.