Artista y poeta nacido en la ciudad de Barcelona, Brossa (1919-1998) fue cofundador del grupo artístico Dau al Set junto con Antoni Tàpies, Modest Cuixart i Joan Ponç.

La elevación de los objetos convencionales a la categoría de objetos artísticos, añadiendo una sensibilidad poética al género, fue el pilar fundamental de su obra plástica, en la que destacan los conocidos como “Poemas Objetos”. Su reconocimiento internacional, a través de sus grandes exposiciones en 1986 en la Fundación Miró y la retrospectiva en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, asentaron la trayectoria de este creador, fallecido en 1998.

Brossa desarrolla su práctica artística desde los años cuarenta, en una situación cultural caracterizada por la ausencia de propuestas vanguardistas e innovadoras. Desde sus inicios, Brossa lleva a cabo un trabajo de renovación estética fundamentado en la investigación literaria y artística; y hasta el momento de su muerte, su extensísima producción no deja de buscar nuevas formas de expresión y de experimentar con los diferentes medios.

Si bien la gura de este artista y poeta es inabarcable, la obra Neorealismo nos permite acercarnos y explicar múltiples facetas del universo brossiano. Esta pieza, compuesta por dieciocho espejos enmarcados, es una buena muestra de la mezcla de contención e ironía, y forma parte de un rico imaginario compuesto por objetos cotidianos en los que el artista quiere redescubrir la magia. La de Brossa es una escuela de la mirada que se ja en aquello banal, menosprecia los héroes y rompe convenciones de género. Pero Brossa, además, implica al espectador, le sorprende, le incita a pensar, o lo turba con apariciones poéticas –en este caso, del mismo espectador– tan sencillas como complejas.

Con una enigmática sabiduría poética, Brossa, deconstructor del lenguaje, prestidigitador de los signos, nos ha dejado un universo poético en expansión, en mutación constante, como el amor, como el instante, como la vida, como los espejos.